Tres cambios que debes hacer en tu actitud para caer bien siempre a los demás

Hacer amigos como adultos no siempre es fácil, sobre todo si estamos constantemente preocupados por caer bien.
Tres cambios que debes hacer en tu actitud para caer bien siempre a los dems
‘Friends’ (NBC)

Queramos admitirlo o no, todos buscamos siempre caer bien a los demás. Y quien diga lo contrario, miente. A todos, en mayor o menor medida, nos preocupa lo que la gente piense de nosotros. Al menos, aquellas personas que nos importan, con quien creemos que podemos tener una conexión, o compañeros de trabajo a quienes tengamos que ver en el día a día.

Tener la sensación de no caer bien a alguien sin razón aparente es una de las peores cosas que podemos sentir, sobre todo si somos de esos que tienden a darle vueltas a las cosas de forma excesiva. Esto se vuelve aún más grave si tenemos en cuenta que, hoy en día, uno de los problemas más comunes que sufrimos es la soledad y la falta de una conexión genuina con otras personas.

El problema no tiene por qué ser siempre nuestro y muchas veces todo depende de las circunstancias y las personas con las que hayamos coincidido, pero lo cierto es que, según los expertos, también podemos hacer ciertas cosas para mejorar nuestra actitud a la hora de conocer gente y que nos sea más fácil establecer un vínculo con ellos. Al fin y al cabo, nadie es perfecto, ¿no?

Por mucho que no podamos controlar cómo nos perciben los demás, sí que tenemos cierto control en cómo nos presentamos ante ellos. Tras hacer tres cambios muy simples en nuestra actitud, notaremos que caer bien nos será más fácil que en ocasiones anteriores.

Querernos a nosotros mismos

Sí, suena cliché, y lo es. Hemos escuchado mil veces que si no nos queremos a nosotros mismos, los demás no podrán hacerlo. Y, aunque esto no sea 100% cierto, la verdad es que hay cierto aprendizaje que podemos tomar de esta afirmación.

Nosotros tendemos a ser nuestros mayores críticos. Somos quienes peores nos vemos, quienes más nos machacamos por nuestra apariencia física, nuestra situación laboral o personal y nuestras acciones. Nunca estamos completamente satisfechos.

Cuando nos enfocamos en los aspectos negativos de nuestra vida, vivimos con miedo de tomar riesgos y de hacer cosas nuevas. Nos asusta pensar que los demás pueden ver todas las cosas malas que nosotros vemos y que, por ello, nos rechazarán.

Debemos hacer un esfuerzo por trabajar en nuestra autoestima y sentirnos cómodos con quiénes somos. Una vez que nos aceptamos, nos sentiremos lo suficientemente seguros para mostrarnos tal y como somos, y eso es el aspecto principal que atraerá a los demás hacia nuestra personalidad.

Querer a los demás

Seamos honestos: a todos nos gusta sentir que gustamos a los demás, y no solo en el terreno romántico. Nos gusta sentir que nos aprecian tal y como somos. Y, cuanto más sentimos que le caemos bien a alguien, mejor nos caerán ellos.

Muchos tendemos a tratar de percibir lo malo de los demás, aquellos aspectos que nos indican que alguien puede hacernos daño en un futuro. Entramos en un estado de alerta permanente, porque intentamos protegernos del sufrimiento que puedan llegarnos a causar los demás. Optar por ponernos a la defensiva nunca es la mejor opción si queremos caer bien. De hecho, hará que nos aislemos.

A veces, nuestros traumas y rencores por relaciones pasadas nos impiden establecer un vínculo con personas con las que quizás sí podríamos tener cierta conexión. Criticamos a los demás por sus debilidades sin realmente llegar a conocer sus situaciones personales, y ello nos aleja de los demás.

Cuando esto ocurre, debemos enfocar nuestras energías en encontrar todo lo bueno que tienen los demás y en apreciarlos tal y como son

Ser más abiertos y juzgar menos a los demás

En relación, al segundo aspecto, el tercer cambio que debemos hacer es tratar de no juzgar a los demás de primeras. Todos actuamos de forma extraña a veces, decimos cosas que no deberíamos o estamos nerviosos cuando conocemos a gente nueva. Si nosotros lo sentimos, los demás, seguramente, también.

Cuando conocemos a alguien y dice cosas que quizás estén un poco fuera de lugar, deberíamos tratar de no juzgarlos y esperar a conocerlos un poco más antes de crear una opinión definitiva sobre ellos.

Al final, se trata de trabajar por ser más amables con nosotros mismos y con los demás, y permitirnos mostrarnos tal y como somos. Si realmente nos esforzamos, podremos caer bien y hacer esos amigos que permanecerán en nuestra vida para siempre.