Ayer, Madrid se convirtió en la capital internacional del deporte al acoger la 25ª edición de los Premios Laureus, la gala deportiva más prestigiosa del mundo. Una procesión de leyendas, tanto actuales como pasadas, caminó por la alfombra roja madrileña para rendir homenaje a los mejores deportistas y equipos de 2023. Boris Becker, Martina Navratilova, Michael Johnson, Edwin Moses, Miguel Indurain, Marc Márquez… el listado de las estrellas deportivas que anoche se pasearon por la Galería de Cristal fue de una talla nunca vista, contribuyendo a crear una noche inolvidable.
La gala comenzó con el mismísimo Usain Bolt (uno de los grandes protagonistas y anfitriones de la noche) y Lindsey Vonn entregando el Premio a Deportista Femenina del año a Aitana Bonmatí, centrocampista ofensiva del F.C Barcelona y primera española en ganar esta categoría. Otras personalidades que se llevaron la estatuilla a casa fueron Novak Djokovic, a Deportista masculino del año (su cuarto Laureaus de esta categoría y con el que iguala a Roger Federer), Simone Biles, como reaparición más destacada tras su descanso de dos años y nuestro protagonista particular de hoy, Jude Bellingham.
En el que ha sido su primer año en el club, el futbolista británico ha tenido un año espectacular con el Real Madrid que le ha valido el Premio a Deportista Revelación de manos de otra proeza reciente, Carlos Alcaraz (el cual también fue uno de los hombres más elegantes de la velada gracias a un esmoquin cruzado firmado por Louis Vuitton). Pero como aquí nos gusta la moda tanto como el fútbol o el tenis, no hemos podido evitar fijarnos en lo bien vestido que iba el centrocampista de Stourbridge mientras recibía el galardón.
El inglés dio toda una clase de estilo en un evento que no suele contar con looks tan pintorescos como podemos encontrar en la alfombra roja de los Oscar, por ejemplo. El traje negro sencillo o el esmóquin con pajarita fueron las opciones generales, pero Bellingham quiso darle una vuelta de tuerca con el que sin duda ha salido ganando, y no hablamos del Laureus. Su esmóquin de botonadura cruzada firmado por Valentino contaba con una solapa ancha y afilada, dándole un toque sofisticado y elegante, además de quedarle como un guante. Con el pantalón, se atrevió un poco más, luciendo uno ancho y acampanado que que le confirió una silueta cercana a ese cowboycore que tanto empieza a pegar ahora. Sin embargo y como ya sabemos, el diablo se esconde en los detalles, y además Bellingham supo dar el toque de gracia a su look con unos sutiles adornos extra.
En primer lugar, en vez de una pajarita clásica, escogió una camisa de Valentino con una flor bordada al cuello, un detalle que visualmente recordaba a los lazos que los hombres con más estilo de Hollywood empiezan a llevar, como es el caso de Cillian Murphy. Para seguir con este juego de lazos, el jugador también añadió a cada puño dos detalles con forma de pétalos negros, visibles pero lo suficientemente disimulados como para que no desentonaran en exceso. Dudamos mucho de que estuviera en la mente del joven deportista la estética coquette, pero desde luego había algo de esa gracilidad que tan de moda está estos días.
Por último, y como ya hemos dejado claro alguna que otra vez por aquí, Bellingham añadió a su traje de gala el adorno por excelencia esta temporada entre todos los hombres que saben como vestir en una ceremonia: el broche. La pasada gala de los Oscar 2024 fue la prueba definitiva a una tendencia que hemos visto crecer en los últimos años. Prácticamente ninguno quiso quedarse fuera de fardar de una buena solapa enjoyada: Robert Downey Jr., Colman Domingo, John Kransinski, Matthew McConaughey… y la lista continúa.
Bellingham parece haber estado haciendo los deberes porque fue el único en optar por este aderezo; en su caso, un fantástico broche dorado con doble cadena y adornado con rubíes y perlas engastadas. Una vez más, la juventud ha hablado: un buen traje siempre quedará bien, pero animarse a jugar un poco puede dar resultados tan impecables como este.
